La vida de estos animales está claramente diferenciada en dos etapas: una etapa larvaria y una etapa adulta. Existen enormes diferencias entre ambas etapas, comenzando por la vida acuática de las larvas y la vida aérea que desarrollan finalmente los adultos. A pesar de esto, la metamorfosis que realizan los odonatos se considera primitiva en comparación con la de otros animales, ya que carecen de una pupa y durante la fase larvaria comienzan a desarrollar estructuras del individuo adulto, como pueden ser los esbozos alares que darán lugar a las alas.
Larva |
A diferencia de las larvas, los adultos son más independientes del medio en el que viven y no se encuentran exclusivamente en las proximidades del agua sino que a menudo van a cazar más lejos: bosques, prados, incluso ciudades. El vuelo de los odonatos es bastante potente y ágil, y son capaces de alcanzar velocidades altas, de hasta 50 Km/h, girar bruscamente, cernirse e incluso volar hacia atrás. Algunas libélulas llegan a realizar migraciones y pueden recorrer muchos kilómetros volando en bandadas.
Todos los odonatos adultos abandonan sus lugares de crianza recorriendo una distancia más corta o más larga, pero en el momento de la reproducción regresan al mismo lugar o a otro distinto siempre que éste reúna las condiciones adecuadas para la reproducción: charcas, lagunas, ríos, etc. Los machos maduran antes que las hembras, y es en este momento cuando algunas especies muestran un comportamiento tremendamente territorial.
Libélula adulta |